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16 Jul

El verano de mi vida

Deslizaba sus dedos entre las esquinas de las frágiles páginas del álbum, pasándolas hábilmente una tras otra, regresando por momentos a aquella infancia de agua salada, castillos de arena y paredes encaladas frente al mar.

– ¿Son las fotos de aquellos veranos? –le pregunté mientras dirigía hacia las instantáneas una mirada de interés-.

– Así es. Las ojeo como cada año –repuso ella tras una breve pausa-. Todavía hoy me resulta inevitable recordar el aroma a salitre y a largos días de playa en familia. Por cierto, mira qué guapa está aquí mamá.

– Sí –confirmé-, parece que fuera ayer. ¿Y has visto en esta a los abuelos? –pregunté con entusiasmo señalando otra fotografía-. Míralos, qué jóvenes están. En realidad siento como si nunca se hubieran ido, como si aquellos veranos no hubiesen aún terminado.

Asentimos y dimos paso a un cómplice silencio. Entretanto, página tras otra, aquellos recuerdos de color anaranjado -fruto éste del paso de los años- me transportaron nuevamente a los sombreros de paja de papá, tan bohemio y jerezano, a los ojos verdes de mamá -que en la foto que queda a la vista me coge en volandas y me mira con cariño-, o las gafas de los abuelos, esas de cristal grueso y tono verdoso, síntoma inequívoco del inexorable paso del tiempo.

– Creo que no nos dimos cuenta, pero aquellos fueron los mejores veranos de nuestra vida –comenté con nostalgia.

– ¿No lo son cada uno de ellos, una vez quedan atrás? –inquirió mi hermana con grácil espontaneidad-.

Cruzamos nuevamente la mirada y sonreímos. Acto seguido cerré el álbum y lo coloqué de vuelta en la estantería. Me fijé fugazmente en nuestros rostros adultos y comprendí entonces que nunca volveríamos a ser más jóvenes de lo que éramos ahora. Quizás fuese éste, una vez más, el verano de nuestra vida, pero aún era pronto para darnos cuenta. Tarde o temprano, al volver a abrir ese álbum, lo acabaríamos comprendiendo.

RGG

Arquitecto, emprendedor, inquieto, lector e intento de escritor.

2 Comentarios
  • Nuria

    Bellamente escrito, sin duda sí tienes madera de escritor

    19 de julio de 2021 at 14:29 Responder

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